sábado, 10 de diciembre de 2016

El optimismo dónde está



A un año de Macri en el gobierno, la ola de optimismo parece haber sido abducida por el centro de la tierra.


Este año hemos comprobado que en realidad fue la alegría del pesimismo. Agoreros de la pesada herencia, de medidas retractoras, del ensanchamiento de la pobreza, del desprendimiento de derechos conquistados, y parados desde un circulo negro, se ocuparon de desparramar el pesimismo y llevar a la Argentina a una foto del pasado muy pasado que la pinta con una mueca de tristeza, lejos de una sonrisa.

Algunas estadísticas* del día dicen que el 43,1% de encuestados considera el primer año de gestión como negativo o muy negativo, y que más de la mitad de los encuestados, el 51,6%, considera que está cumpliendo con sus promesas de campaña, mientras que un  40,3 % sostiene que la situación económica del país estará peor o mucho peor "en los próximos meses". Macri se está comiendo su propio pesimismo.

Imposible sonreir. Imposible ahora ser optimistas y menos que menos que algo de esto provoque alegría. Es hora de ponernos serios y ver como tiramos todos para el mismo lugar, para una Argentina que vuelva a incluir a todas y todos.







*Management & Fit


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